viernes, 29 de enero de 2010

SWEEZY

Teoría del desarrollo capitalista. Paul M. Sweezy.

En su obra, Paul Sweezy hace un análisis de la teoría del desarrollo capitalista de Marx. Según el autor, la forma de la sociedad esta determinada por la forma de las relaciones sociales que existen en dicha sociedad. La economía estudia las relaciones sociales de producción y distribución. La teoría del valor de Marx se puede aplicar tanto a sociedades pertenecientes al modelo de intercambio como a las sociedades comunistas. Se nos propone considerar el sistema económico como una serie de relaciones entre los individuos y los bienes económicos.
En el primer capitulo hace una descripción del método de Marx. Marx utiliza en sus teorías el método abstracto-deductivo que consiste en avanzar poco a poco desde lo más abstracto a los más concreto. Se formula hipótesis, se profundizan y se comprueban las conclusiones con los datos de la experiencia. Según Marx, el modo de producción determina la forma de los procesos sociales y políticos que se establecen dentro de una determinada sociedad. En otras palabras, es la existencia material de los hombres la que determina su conciencia. La clave del cambio social se encuentra pues en los modos de producción. Las relaciones económicas se ha ido expresando a lo largo de la historia en forma de conflictos de clase. La historia del hombre es una historia de luchas de clase. La burguesía y el proletariado constituyen las dos clases principales que se enfrentan una a la otra. El autor defiende que la llamada “ley general absoluta de la acumulación capitalista” de Marx no constituye un intento de predicción del futuro por parte de su autor. El proceso de cambio social no es un proceso mecánico sino que un producto de la acción humana y ésta última se encuentra determinada por la forma de sociedad en la que se desarrolla.

En el segundo capitulo, denominado “el problema del valor cualitativo” el autor analiza las implicaciones de los factores cualitativos, es decir sociales, en el estudio de la economía. La producción de mercancías tiene su origen en la naturaleza humana. La relación cuantitativa básica se establece a través del intercambio. La producción de mercancías no es una forma universal e inevitable de organización social. El economista en su análisis debe prestar atención también al factor social de las relaciones económicas. La economía tiene así una parte cuantitativa y otra cualitativa. La relación cuantitativa entre los productos representa el valor cuantitativo, y la relación entre los productores representa el valor cualitativo. Toda mercancía. según Marx tiene un valor de uso y otro de cambio. El valor de uso representa la utilidad que aporta la mercancía al consumidor.
El valor de cambio es la relación cuantitativa entre las cosas que a su vez equivale a la relación entre los propietarios de las mercancías. El cambio de las mercancías es un cambio de productos del trabajo de los productores individuales. El trabajo también tiene valor de uso y valor de la mercancía que produce. El trabajo humano crea y forma el valor de las mercancías. El trabajo incluye una parte abstracta que corresponde al trabajo en general comun a toda actividad productiva. Una de las características del capitalismo es el hecho de que el trabajo es una unidad intercambiable con un elevado gado de movilidad.
Según Marx a partir de un cierto nivel (elevado) de desarrollo de la producción de las mercancías las relaciones humanas se caracterizan por una materialización de las mismas. Las relaciones sociales pasan por el mercado. Esta materialización de las relaciones sociales contribuye a una percepción impersonal y mecanicista del sistema económico y social. El autor hace una crítica al hecho de que en el sistema capitalista hay una aparente igualdad entre los individuos cuando en la realidad no existe tal cosa. Pero la realidad se haya oculta bajo un elaboradísimo manto de principios éticos y legales que sirven para justificar el orden existente.

En el tercer capitulo el autor estudia el problema del valor cuantitativo. En la determinación de dicho valor intervienen la competencia, la demanda y el precio de producción entre otras cosas. Se describe la Ley de Valor que consiste en: fuerzas presentes en una sociedad productora de mercancías que regula las proporciones de cambio; la cantidad producida; y la asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes ramas de producción. La condición básica para la existencia de la ley es una sociedad de productores individuales que intercambian bienes para satisfacer sus necesidades. El precio es simplemente la expresión monetaria del valor o el precio de producción.

El cuarto capitulo habla de la plusvalía en el capitalismo. El capitalismo implica producción de mercancías, pero una simple producción de mercancías no implica capitalismo. Las relaciones entre los propietarios de medios de producción y los no propietarios en cuanto relaciones de cambio son características del capitalismo. La compra-venta de la fuerza del trabajo es característica de este sistema. La producción simple de mercancías se puede traducir en M-D-M que significa que se basa en la conversión de mercancías en dinero y del dinero de nuevo en mercancías. El capitalismo en cambio se traduce en D-M-D’ que significa la compra con dinero de mercancías que se volverán a convertir en dinero con la diferencia que esta última conversión genere beneficio o como lo llama Marx, plusvalía. Para determinar el origen de la plusvalía es necesario estudiar el valor de la mercancía fuerza de trabajo. El valor de la fuerza de trabajo es el valor de los medios de subsistencia necesarios para el mantenimiento del trabajador. El salario del trabajador viene a ser el valor de estos medios de subsistencia, pero durante la jornada de trabajo, el trabajador sigue agregando valor en exceso, y este exceso es la plusvalía. El trabajo se divide así en trabajo necesario (para cubrir los gastos) y en trabajo excedente (plusvalía). El valor de una mercancía se divide en: capital constante, capital variable y plusvalía. La tasa de plusvalía es la tasa de proporción de la plusvalía con respecto al capital variable. La tasa de explotación es la proporción del trabajo excedente con respecto al trabajo necesario. La tasa de plusvalía depende de la duración del día laboral, cantidad de mercancías que entran en el salario real y la productividad del trabajo. La composición orgánica del capital es la proporción del capital constante con respecto al capital total. La tasa de ganancia es la proporción de la plusvalía con respecto al desembolso total del capital.

5. LA ACUMULACIÓN Y EL EJÉRCITO DE RESERVA.

El capítulo comienza describiendo una teórica situación económica estable y sin acumulación de capital, llamada “Reproducción Simple”. La producción se divide en dos amplias categorías: producción de medios de producción y producción de artículos de consumo, y estos últimos, en otras dos categorías (artículos necesarios para la vida y artículos de lujo). Esto es la oferta total de mercancías. Por otro lado, los ingresos están formados por tres categorías: ingresos que el empresario deberá invertir en medios de producción, plusvalía y el salario. Esto se considera la demanda de mercancías. Para que este sistema sea estable, el capital constante usado debe ser igual a la producción total de la rama de bienes de producción, por lo que el capital usado en la rama de artículos de consumo debe ser igual al valor de las mercancías consumidas por los obreros y capitalistas dedicados a producir medios de producción. Ambas ramas deben interaccionar entre ellas para equilibrar la balanza, cuando el capital variable y las plusvalías de la primera rama sean iguales al capital constante de la segunda, estableciéndose un equilibrio entre la suma de la oferta y la demanda.
Pero la realidad es bien distinta, y el empresario que gasta todos sus ingresos se convierte en la realidad en un empresario que acumula capital. El capital que acumula lo reinvierte para obtener más plusvalía, volver a invertirlo y así sucesivamente… A este modelo se le llama “Reproducción Ampliada”. El éxito en la sociedad capitalista consiste en aumentar el capital propio. En contraste con la “Reproducción Simple”, mostrando la interrelación entre la oferta y la demanda cuando la acumulación es tomada en cuenta, es decir, cuando los capitalistas no consumen ya totalmente la plusvalía, sino que ésta se divide en tres partes: una que consumen los capitalistas, otra que se agrega al capital constante y otra que se suma al capital variable. En consecuencia, la acumulación conlleva a un aumento en la demanda de fuerza de trabajo. El aumento de demanda implica un aumento en el precio de la mercancía, lo que produce una desviación del precio respecto del valor. Si en el primer caso la fuerza de trabajo se vende en su valor, ahora ya no hay igualdad entre fuerza de trabajo y salarios.
Marx introduce en concepto de “ejército de reserva” o “población excedente relativa” para referirse a los obreros desocupados, que mediante su competencia activa en el mercado de trabajo ejercen una presión constante hacia abajo, en el nivel de salarios. El empresario ha podido sustituir empleados por máquinas, para reducir el salario. Por tanto, gran parte de este sector está formado por los que han sido desplazados por las máquinas.
Un estallido de acumulación de capital puede ser el resultado de una apertura de un nuevo mercado o de una nueva industria. Es en estos casos cuando el ejército de reserva se vacía y desaparece el obstáculo que frena el alza de los salarios. Pero en cada período de crisis, eliminación de trabajo… se vuelve a reconstruir el ejército.
Según las teorías clásicas, los salarios se regulan según factores externos al sistema (población). A estas teorías, Marx incluye el empleo industrial y al ejército de reserva. Lo que en definitiva viene a explicarnos Sweezy en este capítulo, es que según Marx, el ejército de reserva es formado mediante las innovaciones tecnológicas para economizar trabajo, y gracias a este, puede sobrevivir la plusvalía y la clase que ella sostiene. Además, a este respecto Sweezy destaca la idea errónea de suponer que la acumulación o bien la introducción de las máquinas para ahorrar trabajo marche a un paso igual, como para mantener un equilibrio entre los salarios y la plusvalía.

6. LA TENDENCIA DESCENDENTE DE LA TASA DE LA GANANCIA.

Paul M. Sweezy presenta en este capítulo la Ley de la tendencia descendente de la tasa de la ganancia que formuló Marx.
La formulación de la ley por Marx.
La acumulación del capital va acompañada por una mecanización progresiva del proceso de producción. La misma cantidad de trabajo, con un equipo más perfeccionado y eficiente, puede rendir más y generar un aumento de los beneficios. Esto quiere decir que la productividad del trabajo crece de forma continuada. Y es que, para Marx, la tasa de ganancia es la fuerza impulsora de la producción capitalista. O dicho de otra forma, la composición orgánica del capital crece también sostenidamente. De ahí derivó Marx su “Ley de la tendencia descendente de la tasa de la ganancia”.
De este modo, si la tasa de la plusvalía es constante, la tasa de ganancia varía en sentido inverso a la composición orgánica del capital. Pero esto puede ser una mera tendencia, puesto que los cambios son imprevisibles y pueden balancear o modificar los efectos sobre los mismos.
Existirán ciertos obstáculos internos opuestos al desarrollo de la producción capitalista, como expuso Marx, una composición orgánica ascendente del capital expresa la creciente productividad del trabajo; y la tasa descendente de la ganancia que la acompaña tiene que cerrar al fin los cauces de la iniciativa capitalista.
Las causas contrarrestantes.
Marx se centra en cinco de las seis causas que contrarrestan y anulan la “Ley general de la tasa descendente de la ganancia” (quedando esta en una mera tendencia):
1ª. Abaratamiento de los Elementos del Capital Constante. El uso creciente de maquinaria, eleva la productividad de trabajo, lo que disminuye el valor por unidad del capital constante.
2ª. Aumento de la Intensidad de Explotación. Se trata de producir más en menos tiempo, sin afectar la cantidad de trabajo necesario, a través de los mecanismos de acelerar y estirar la jornada, lo cual eleva la tasa de ganancia.
3ª. Depresión de los salarios más abajo de su valor. Esto está determinado más por el mercado que por la voluntad de los capitalistas.
4ª. Sobrepoblación relativa o “ejército de reserva”. La existencia de trabajadores desocupados conduce a la creación de nuevas industrias con una composición orgánica del capital relativamente baja y una tasa de ganancia relativamente alta.
5ª. Comercio exterior. Abarata la adquisición de materias primas y artículos necesarios, frente a la producción nacional.
Una crítica de la ley.
Como se ha expuesto, las fuerzas actuantes sobre la tasa de ganancia puede resolverse mediante una fórmula, la cual contiene dos variables, por un lado la propia tasa de ganancia, y por otro, la composición orgánica del capital. Hay que tener en cuenta que una composición orgánica ascendente del capital va de la mano con la creciente productividad del trabajo. Y la productividad ascendente tiende a llevar consigo una tasa más alta de la plusvalía. Un ascenso en la composición orgánica del capital significa necesariamente un aumento de la productividad del trabajo.
De tal modo concluimos que una productividad creciente del trabajo va ligada a un abaratamiento del trabajador y por consiguiente una tasa más alta de plusvalía, inclusive cuando los salarios reales se elevan, ya que estos nunca suben proporcionalmente a la fuerza de trabajo productiva. Un ascenso en la composición orgánica del capital significa necesariamente un aumento en la productividad del trabajo. De este modo, Marx expone que una más alta productividad va invariablemente acompañada por una tasa más alta de la plusvalía, y es que, el proceso capitalista de producción es esencialmente un proceso de acumulación. De esto se deduce la tendencia persistente de la tasa de ganancia a descender. Pero los capitalistas, a través de distintos medios, como la innovación tecnológica o los procesos globalizadores, procuran mantener la tasa de ganancia anterior, e incluso, elevarla. El aumento de la composición orgánica del capital tenderá a restablecer la tasa de plusvalía y a acrecentar el volumen de plusvalía.
Sin embargo, no hay ninguna suposición general de que los cambios en la composición orgánica del capital sean relativamente tan superiores a los cambios en la tasa de la plusvalía y que los primeros dominarán los movimientos en la tasa de la ganancia. Por esta razón, la formulación de la ley de la tendencia descendente de la ganancia formulada por Marx no es muy convincente, y así lo deja expuesto el autor de la obra a la que nos venimos refiriendo, considerándolo como un hecho insostenible. Esto no quiere decir que no exista una tendencia de la tasa de la ganancia a descender como un rasgo básico del capitalismo, como ya apuntaban otros autores clásicos además de Marx. Una cosa parece segura, y es que el aumento de la composición orgánica del capital tenderá a restablecer la tasa de la plusvalía, y así, a acrecentar el volumen de la plusvalía mas allá de lo que este hubiera sido en ausencia del aumento de la composición orgánica del capital.
Es importante destacar también la existencia de otras fuerzas, además de las mencionadas hasta ahora, que son significativas a este respecto. Tales fuerzas pueden ser clasificadas en aquellas que tienden a deprimir la tasa de la ganancia y aquellas que tienden a elevarla.
Fuerzas que tienden a deprimir la tasa de la ganancia:
- Los sindicatos. Los trabajadores en reserva son el principal obstáculo para los trabajadores que quieren beneficiarse del desarrollo industrial, por eso se organizan en sindicatos.
- La acción del estado en beneficio de los trabajadores. Leyes que benefician a los trabajadores, e igualmente a los sindicatos ayudan a la depresión de la tasa de la ganancia.
Fuerzas tendientes a elevar la tasa de la ganancia:

- Organizaciones patronales. Actúan para mejorar la posición contractual del capital frente al trabajo, ejerciendo una influencia ascendente en la tasa de la ganancia.
- Exportación del capital. Sirve para mitigar la presión sobre el mercado de trabajo doméstico e impide la depresión sobre la tasa de la ganancia.

- Formación de monopolios. los capitalistas lo crean para aumentar su tasa de ganancia
- Acción del estado en beneficio del capital. Tienen el efecto de elevar la tasa de la ganancia general.

8. LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS

En este capítulo Marx nos habla de las crisis económicas. Para empezar, explica una transición de las formas de transacción del trueque M-M (Mercancía contra Mercancía), a una forma de cambio M-D-M (Mercancía contra dinero y dinero contra mercancía), en las nuevas condiciones de una economía desarrollada. Con la aparición de la moneda, le permite al productor vender su producto cuando éste terminado y con el dinero puede hacer lo que a el le plazca. De este modo se ahorra mucho tiempo y ayuda a la especialización, que es la base de la productividad incrementada.
Ahora bien, este medio de cambio privado introduce la posibilidad de crisis de una índole nunca sospechada en una economía simple, en la que el trabajo estuviera organizado y los productos fuesen compartidos bajo la dirección de una sola autoridad. Si falla un comprador-vendedor, se produce una crisis en cadena pudiendo afectar a toda la economía. La consecuencia es que coinciden existencias de mercancías invendibles y necesidades insatisfechas. Cada productor ha producido más de lo que puede vender y se ha dado pues, una crisis de sobreproducción. Pero la sobreproducción no es la causa de la crisis, sino el resultado de ella. Hay que buscar las causas en la interrupción de la cadena compra-venta.
Los economistas clásicos fueron incapaces de distinguir entre la producción simple de mercancías y la producción capitalista, y así se aplicaron erróneamente teorías. La ley de Say sostiene que no puede interrumpirse la circulación M-D-M, y por lo tanto no puede haber crisis ni sobreproducción. Y es por esto que se tiene la falsa idea de que la crisis y la sobreproducción son imposibles en ambos tipos de producción. Marx rechaza esta idea afirmando que en la cadena de compra-venta, uno no está obligado a comprar solo por el hecho de haber vendido. Aquí se produciría la interrupción de la cadena M-D-M y el posible origen de una crisis. La venta y la compra están separadas en el tiempo y en el espacio. El dinero es el medio por el cual el cambio se divide en dos transacciones separadas y distintas: la venta y la compra. Por esto mismo, porque son dos procesos, uno puede fallar y así se interrumpe la cadena y se puede dar la crisis.
La forma de circulación M-D-M, que es la característica, se convierte bajo el capitalismo en D-M-D. En el primero, es decir, en la producción simple de mercancías, el propósito de cambio es el valor de uso y no el aumento del valor de cambio, es producción para el consumo. Sin embargo en la segunda forma, tanto la “D” del principio como la “D” del final representan valor de cambio, y el objetivo es incrementar ese valor. Esto es lo que se quiere decir cuando se dice que el capitalismo es producción para obtener ganancia. Pero esto no significa que el modelo de circulación M-D-M deje de existir, ya que la gran mayoría de los trabajadores, la circulación será esta, con todo lo que ello implica (aumento de valor de uso). A este respecto, es erróneo pensar que el obrero tiene un deseo natural de obtener cada vez más ganancia.
En cuanto a la relación entre D-M-D y el problema de la crisis., hay que saber en primer lugar que el interés del capitalista es elevar la tasa de ganancia (volumen del incremento de “D”, con relación a la magnitud de su capital original). Ahora bien, en lo que se refiere a la posibilidad de crisis no hay diferencia entre la producción simple de mercancías (la relativa al M-D-M) y el capitalismo (D-M-D). Las irrupciones de compra-venta, afectan al proceso en los dos casos. La diferencia está en que puede desaparecer la tasa de ganancia o volverse negativa, por lo que el incentivo de la producción capitalista dejara de existir. También puede ocurrir, que se produzca un descenso en dicha tasa y que los capitalistas reduzcan sus operaciones lo bastante como para producir una crisis. En estos momentos, el capitalista debe elegir una de dos opciones: introducir capital a la circulación o conservarlo, aunque pronto tendrá que reinvertirlo para continuar siendo un capitalista. Lo que ocurre es que ese aplazamiento del capital habrá producido ya una interrupción y provocado seguramente la sobreproducción y la crisis. Por tanto, no es verdad que la tasa de ganancia deba desaparecer o volverse negativa para producir una crisis; sólo con el descenso de ella puede ser suficiente para interrumpir el proceso de la circulación y por tanto dar lugar a una crisis.
Hay dos tipos de crisis: las relacionadas con la tendencia descendente de la tasa de la ganancia y la crisis de realización (realización de valor). Desde el punto de vista del análisis causal, los dos tipos de crisis plantean problemas diversos. En un caso tiene que ver con movimientos en la tasa de la plusvalía y en la composición del capital, quedando intacto el sistema de valor; y en el otro, tenemos que ver con fuerzas todavía no especificadas que tienden a crear un déficit general en la demanda de mercancías, en el sentido de ser insuficientes para comprarlas todas con una tasa de ganancia satisfactoria. El punto de partida de la crisis es en ambos casos un descenso en la tasa de la ganancia; pero lo que está detrás del descenso en la tasa de ganancia en un caso, requiere un análisis muy diferente del que requiere lo que está detrás del descenso en la tasa de ganancia en el otro.

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